José Mujica: símbolo de rebeldía
Su calcomanía, su imagen, como aquella histórica del 'Che' Guevara, no tarda en correr por América Latina

Será una leyenda. Como ‘Che’ Guevara. Como Pancho Villa. La muerte de José Mujica lo convertirá en un símbolo en América Latina. Un luchador, un rebelde, un soñador de la integración latinoamericana y defensor de la humanidad. El presidente más pobre del mundo.
Una canción de la banda chilena Newen Afrobeat rescata un discurso ejemplar de José Mujica sobre la civilización del despilfarro, y lo pone en el altar de los nuevos héroes latinoamericanos. Los jovencitos de América Latina escuchan esa canción y admiran el mensaje de lucha y rebeldía de Pepe Mujica.
Ahí dice: “La economía globalizada no tiene otra conducción que el interés privado de muy pocos”. Y reclama: «sería imperioso lograr consensos planetarios para desatar solidaridad hacia los más oprimidos”.
“Mujica creyó en un mundo mejor”, dijo ayer el presidente español Pedro Sánchez. “Ejemplo de humildad y grandeza”, dijo el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo.
Otra canción que le dedicó ayer el cubano Silvio Rodríguez llamada ‘Más por venir’ ayudará a hacer más grande la leyenda: una vez hubo un Presidente en Uruguay que no robó, que siguió viviendo en el rancho y que trabajó por su pueblo.
“Fue un testimonio de rebeldía y amor por su pueblo”, dijo el presidente de Bolivia, Luis Arce. “Un referente moral y humano”, escribió el presidente de República Dominicana, Luis Abinader.
“Un ejemplo para América Latina Latina, por su sabiduría y su sencillez”, dijo la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
José Mujica era un político honesto y congruente, sabio y solidario, sin necesidades materiales, ni protagonismos. El único que no robó cuando fue Presidente de su país.
Era un guerrillero. Estuvo en prisión por motivos políticos. Fue un soñador de la integración latinoamericana. Un humanista. Un demócrata y luchador social, con un estilo de vida sobrio.
Sus discursos son memorables. “Tenemos que aprender a gobernarnos a nosotros mismos o sucumbiremos”, dice en su discurso convertido en una canción que tocan en los antros.
El expresidente de Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica, era conocido porque recibía a figuras mundiales en su casa de piso de tierra, rodeado de gallinas y animales. Manejaba un vocho destartalado y tenía una vida sobria y sencilla en una casa de campo, a las orillas de Montevideo.
Falleció a los 89 años de edad, en Uruguay, de un cáncer de esófago. Su calcomanía, su imagen, como aquella histórica del Che Guevara, no tarda en correr por América Latina, en las paredes, en las libretas, en las mochilas, como la imagen de Pancho Villa, como Don Ramón, como Diego Armando Maradona, como Frida Kahlo.
Descanse en paz Pepe Mujica. El presidente más pobre del mundo.