Crisis en el PRI y el PAN
Ambos partidos viven momentos de aguda rebelión interna tras el fracaso electoral. El desencanto de la militancia puede desatar una oleada de cambios drásticos en sus cuadros de mando

La derrota en las elecciones precipita la sucesión en los partidos tradicionales. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) comienzan un periodo de autocrítica en el que rodarán cabezas.
El dirigente del PRI, René Juárez, busca contener la rebelión que comenzó tras el fracaso electoral y anuncia que el partido debe iniciar ahora un «proceso de reflexión profundo». Cisneros, no obstante, se resiste a hablar de una derrota pese a que en las elecciones se perdieron las nueve gobernaturas en juego y no lograron vencer en ninguna de las 32 entidades del país. El PRI se queda con 13 senadores de los 128 existentes y 45 de los 500 diputados. Una debacle histórica.
El PRI se queda con 13 senadores de los 128 que forman la cámara y con solo 45 de los 500 diputados. Una debacle histórica
El PAN, sin embargo, ha sido más crítico con los resultados obtenidos a pesar de que el partido conservador sí ganó dos de las nueve gobernaturas, la de Guanajuato y la de Yucatán, según informa el portal de noticias ‘Europa Press’. Su candidato presidencial, Ricardo Anaya, solo triunfó en una de las 32 entidades (Guanajuato) y se ha convertido en el blanco de las críticas de una buena parte de la militancia panista.
«Acción Nacional requiere un reencuentro con sus orígenes, ideales y principios», ha declarado la asamblea de gobernadores del partido, que ha ofrecido además su colaboración con el Gobierno electo y que no ha tenido palabras de respaldo o apoyo al que ha sido su aspirante a la presidencia.